lunes, 8 de octubre de 2007

todo es nada

"(...) el tiempo todo lo cambia y todo sigue igual"
Lars Von Trier"El elemento del crimen"


Algo cambió algo...
el tiempo mudó al tiempo...
y fué nada...

Todo era todo
y ahora es nada...
o casi nada...

jueves, 4 de octubre de 2007

Pegando "Estirones"

Alguien me envío esto. Si supiera la fuente la nombraría...

"Hoy me he levantado un poco raro. ¿Me habrá sentado mal la cena de anoche? O quizás he tenido un mal sueño... no sé, pero me siento como si aún no me hubiera despertado.
No me duele nada, pero me estoy haciendo preguntas... y estoy teniendo pensamientos... que no son normales. Eso indica claramente que algo no funciona bien en mi organismo ¿no? Comí algo en mal estado, sin duda.
¿Por qué hoy no es un día como todos los demás? Dicen que una crisis ayuda a crecer. Quizás sea eso lo que me está pasando. Quizás voy a pegar un "estirón"...
¿Por qué yo? ¿Por qué ahora? Un día te levantas y resulta que no es igual a los demás. ¿Por qué, por qué? Te miras al espejo y te preguntas quién es ese tipo que te mira fijamente con ojos de carnero degollado. Y te lo cuestionas todo. TODO. Como si vieras las cosas por primera vez, como si acabaras de nacer. Y te preguntas qué carajos haces en este mundo. Por qué tienes que ir a estudiar, o a trabajar, y hacer todas las cosas que normalmente haces de la manera en que las haces.
Y la respuesta es clara: porque me gusta, porque quiero, porque soy feliz haciendo lo que hago. Porque la vida es un reto, un desafío, y es muy bonito jugar a sentir, amar, disfrutar la belleza del mundo e indagar la verdad de las cosas. Sí, todo eso ya lo sé, pero ¿hasta qué punto soy realmente libre? ¿Acaso no estaría haciendo ahora otras cosas y viviendo de un modo completamente distinto si yo fuera un poco más libre? Y sería igual de feliz que ahora, o más... ¿No es verdad? ¿Qué es lo que me estoy perdiendo?
Me estoy volviendo loco, me estoy convirtiendo en pasto de psicólogos, de médicos, de curas, de filósofos, de políticos, de economistas y de toda esa ralea de expertos y charlatanes que estarían ansiosos por salvarme o curarme o ajustarme... ansiosos de ofrecerme sus pociones curalotodo y atraparme en el laberinto de sus recetas mágicas.
¿Por qué tiene que pasarme esto a mí si yo soy feliz? Y, por cierto, ¿qué me está pasando?
Puede que esté despertando. Sí, despertando de un sueño. Puede que haya estado soñando hasta ahora, y que esté a punto de entrar en otro nivel onírico más elevado. Quizás estoy preparado para ser un poco más libre. Quizás voy a pegar un estirón, voy a crecer... Quizás esto es bueno. Me siento raro y mal porque la sociedad me dice que así es como me debo sentir en estas ocasiones. Que lo que me pasa no es normal, que algo no funciona dentro de mí. Y todos van a tratar de arreglarme, curarme, ajustarme... Pero qué diablos, si estoy perfectamente. Esto es lo normal y ellos están equivocados. Así me debo sentir. Estoy creciendo, estoy adquiriendo un mayor control sobre mi conducta, mi conciencia se está ampliando, el campo de mi libertad se está expandiendo... Duele un poquito porque voy a pegar el estirón.
Quieren curarme para que nunca más vuelva a sentirme raro. Quieren hacerme "encajar". ¿Por qué me controlan? ¿Cómo lo consiguen? ¿Cómo logran que yo me adormezca en sus brazos? Me dicen de muchas maneras que no seré feliz si no vuelvo inmediatamente al buen camino y me sumerjo en la rutina de cada día. El camino del bien está trazado por los expertos, verdaderos esclavos de este sistema que nos envuelve a todos como un océano y que nos transforma en pececillos conformistas y bien ajustados, fieles y honrados operadores del sistema. En este sistema se puede ser feliz. Ya lo sé y todo el mundo lo sabe. ¿Pero cómo podré ser feliz sabiendo que hay mundos inexplorados más allá del sistema, que existe tierra firme más allá del océano, que se alza por encima de nuestras cabezas todo un espacio infinito por explorar?
¿Soñador?... Ah, sí; ahora soy un soñador, un iluso y un visionario que aspira a viajar por entre las estrellas. No, yo solo aspiro a crecer un poquito, y para eso es necesario que renuncie otro poquito al conformismo social. El conformismo consiste en sentirse feliz en el sistema social y no aspirar a explorar otros mundos, sino asentarse definitivamente en este (ya pasó la etapa de los juegos infantiles, me dicen; ahora hay que asumir la responsabilidad y juagar a un juego más serio). Tengo que hacer mías las reglas del sistema imperante,sus objetivos, proyectos e ideales, internalizarlos muy dentro de mi, para que formen parte de mí y pueda yo sentirme perfectamente ajustado. De otro modo me sentiré marginado, separado, aislado, frustrado, no integrado, etc... Será muy enojoso y no seré feliz. Me perderé para siempre. Es peligroso separarse del cálido y protector útero del sistema social que nos envuelve...
Pues he decidido que todo eso son tonterías. Hoy me he sorprendido a mí mismo sonriendo sin miedo ante tamañas aprensiones y gritando: ¡bobadas!. ¿Quién dice que tengo que sentirme así? ¿Quién nos hace sentirnos así cuando tratamos de crecer, con el fin de que regresemos al "taller de reparaciones" (o nos "autorreparemos" nosotros mismos) y no tratemos de trascender los límites de nuestras prisiones, estos muros que levanta en torno nuestro el sistema politico-económico y sociocultural?
- Estás "averiado" -me dice el experto, me dice la sociedad-; a ti te pasa algo "raro". A ver, saca la lengua. Hum... Ahora dí lo que deseas: ¿un ascenso en el trabajo, un aumento de sueldo, un coche nuevo, una casa más grande, una mujer más guapa, unos hijos más obedientes? El truco está en desear cosas razonables, como unos nuevos zapatos o ese plato tan exquisito del restaurante.... En fin, las cosas que te ofrece el sistema. Vamos, decídete. Sé libre, no tengo toda la mañana.... Después he de enseñarte el método efectivo para conseguirlas. El sistema te mostrará amorosamente ese método.
- Que me dejes en paz, idiota. Eso es lo que deseo.
Ojalá fuera tan fácil como desear una nueva adquisición, un nuevo ajuste, una mayor integración en el sistema.... Ahora todo me parece extraño. ¿Estoy estudiando la carrera adecuada a mi vocación? ¿Estoy trabajando en lo que quiero? ¿Estoy casado con la persona que amo? Pero no necesariamente se trata de que deba cambiar de objeto, sino ¿hasta qué punto soy libre en mi relación con el objeto? Sí, me gusta lo que estudio, o mi empleo, o mi familia. Sí, soy feliz, como todo el mundo. Pero ¿hasta qué punto me relaciono libremente con las cosas que me rodean, hasta qué punto construyo mi propia vida, me autorealizo y soy dueño de mi propio estilo de vida?
De repente, el tipo que me mira desde el otro lado del espejo me resulta un completo extraño, el lugar de estudio o de trabajo parece un país extranjero y mi familia se ha vuelto extraterrestre. ¿O seré yo el que hoy se ha despertado en el planeta equivocado? De repente, el mundo se me ha hecho extraño o yo me he hecho extraño al mundo. Evidentemente, el mundo no ha cambiado, algo ha cambiado en mi. Tengo ojos capaces de miradas nuevas. Tengo la mente de un recién nacido. Veo a través y más allá del antiguo horizonte.
Y sí, me doy cuenta de que ayer era feliz, pero hoy estoy accediendo a otro tipo de felicidad que me llena más aún, que me autorealiza más. Yo estoy contento con lo que tengo, no necesito más dinero, ni otro empleo u otra familia... No necesito coche nuevo ni casa nueva, pero sí sentir que soy dueño de mi felicidad, que esta felicidad me pertenece cada vez más. Ya no quiero la "libertad", "autonomía" y "felicidad" que me vende el sistema, y que cada día me esclaviza más. Esa libertad ya no me convence, pues está basada en el poder y en el control de unos sobre otros. Está basada en la desigualdad.
Soy feliz. Todo el mundo es feliz. En las encuestas, la mayoría de la gente se declara feliz. No ser feliz es un síntoma de fracaso, ineptitud y mal funcionamiento. La mente no puede vivir en ese estado de inconsistencia consigo misma, y busca automáticamente un estado de acomodo, ajuste, integración, adaptación, conformismo o como queramos llamarlo. Por eso busca constantemente las cosas nuevas que el sistema le ofrece y por eso se halla constantemente alerta para seguir las instrucciones o indicaciones del sistema sobre cual es el siguiente paso a seguir para mantenerse perfectamente ajustada.
La mente trata de mantener satisfechas todas las necesidades que le inculca el sistema, y mantener activos todos los prejuicios y creencias igualmente necesarios para permanecer ajustada al sistema. Y así es feliz, aunque tenga que mantenerse en un estado de perpetua insatisfacción. Pero yo quiero sustituir en mí esa dependencia y esa falta de libertad por otro tipo de alerta constante que me permita ser consciente de las innumerables formas en que el sistema me controla día a día, momento a momento.
No solamente el sistema me controla, sino que, al hacerlo, me hace formar parte de un complejo sistema de control que me obliga a controlar a los demás, incluso a veces sin que me dé cuenta. Quiero liberarme de esta trampa.
Existe vida y felicidad más allá de los determinismos y condicionamientos sociales y psicológicos. Y es una vida y una felicidad más rica, más plena, más satisfactoria. Así pues, me libero (hasta donde sea posible y yo pueda hacerlo) de toda autoridad y de toda dependencia. Mi grado de seguridad psicológica ya no dependerá de estar bien ajustado al mundo. No quiero decir con esto que persiga de aquí en adelante el desajuste. No quiero enemistarme con el mundo. Mis relaciones con las personas han de ser amables, pacíficas y razonables y no quiero romper con las normas por sistema. Pero si he de hacerlo, no voy a sentirme por ello apenado, separado, aislado, frustrado e infeliz. Y de la misma manera que no quiero depender de la norma social, tampoco quiero que nadie dependa de mis normas personales.
En resumen, ya no me afectará la propaganda de los demás, ni tampoco voy a practicar la propaganda sobre los demás.
¡Uf, me siento libre al fin! Al menos en la medida de mis fuerzas y de la consciencia que pueda alcanzar. "